En anteriores artículos hemos hablado sobre los beneficios que aportan alimentos naturales como la quinoa, las semillas de Chía o el própolis al organismo. Pero no queremos olvidarnos de uno de los cereales que mayores favores aporta al cuerpo y la mente de los que se consumen a diario y que parece estar algo olvidado, la avena.
Hoy en día existe una gran concienciación por tener una alimentación saludable, rica en frutas, verduras y cereales, en definitiva, una dieta en la que primen los productos naturales, saludables y eco. Existe una clara tendencia por recuperar los hábitos de antes, platos caseros, sabrosos y lo más naturales posibles. La gente vuelve a hacer la compra en los mercados, en busca de calidad, aunque su cesta de la compra resulte un poco más elevada.
Bajo este contexto, el consumo de este cereal en la dieta mediterránea está en auge, gracias a las propiedades que aporta a nuestro organismo. La avena es rica en minerales y proteínas tales como calcio, potasio, hierro y magnesio, elementos clave para fortalecer nuestros huesos y para el mantenimiento del sistema nervioso. Además contiene importantes propiedades para adelgazar.
Su consumo frecuente ayuda también a reducir el colesterol, así como a mejorar nuestro estado de ánimo, reducir el estrés y aliviar la sensación de cansancio. Numerosos expertos han confirmado que incorporar a la dieta diaria una pequeña cantidad de avena ayuda a prevenir el cáncer de mama e incluso de colon. Y aunque parezca mentira también posee propiedades para la piel, actuando como uno de los mejores exfoliantes que existen.
Formas de incorporar la avena a la dieta diaria
La creencia popular considera que el mejor momento para comerla es en el desayuno, en forma de cereales, pero en realidad nuestro organismo lo agradece más durante la cena, en forma de sopa de copos de avena. La avena tiene importantes propiedades para ayudarnos a conciliar el sueño y restaurar nuestro sistema nervioso y psicológico mientras dormimos.
Lo que si es cierto es que existen innumerables formas de prepararla y aquí os dejamos algunas de las formas más sencillas y eficaces:
- Cocida: es la forma en la que este cereal resulta más terapéutico ya que al calentarse desprende una sustancia que ayuda a proteger la pared del intestino y la mucosa gástrica.
- En copos: se dejan en remojo los copos de avena durante la noche y, a la hora de desayunar, se mezclan con una manzana troceada y dos cucharadas de yogur. Perfecto para bajar de peso y evitar la retención de líquidos.
- En batido: puedes añadir manzana, plátano, pera, nuez o almendras tostadas, leche/yogurt y avena y resulta perfecto para tomarlo en cualquier momento del día, especialmente como merienda.
- Pan: anímate a hacerlo tú mismo o a comprarlo en cualquiera de las panaderías de masa madre que están proliferando. Tendrá un sabor muy especial al combinarlo con pasas, nueves y alguna especia.
- Ensalada: tan solo tienes que hervir la avena, escurrirla y enjuagarla con agua fría y se convertirá en el mejor complemento para tus ensaladas junto con las barritas Krissia.
¡Ya no tienes excusa para incorporar la avena a tu dieta a diaria y empezar a disfrutar de sus propiedades para la salud!