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Código de barras

Hoy en día, todos los productos de consumo y alimentación llevan asociado un código de barras o código EAN que podemos encontrar en el propio artículo o en el etiquetado que le acompaña. Asimismo, estamos más que acostumbrados a ir a cualquier tienda y encontrar lectores de códigos, herramientas que nos proporcionan cierta información sobre el producto. En este post vamos a dejarnos llevar por la curiosidad y a profundizar un poco más en el origen, utilidad y funcionamiento de los códigos.

¿Qué es un código de barras?

Se compone de un conjunto de líneas paralelas de distinto grosor y espaciado asociadas a un valor numérico de trece caracteres, que en su conjunto permiten reconocer un artículo de forma única, global y así poder realizar inventario o consultar sus características asociadas.

Actualmente, el código de barras está implantado de forma global en casi cualquier producto que pueda adquirirse y permite identificar, entre otras cosas, la cantidad de productos de los que se dispone en el almacén, la distribución de lotes, el precio, etc. Además, es la forma de identificar los productos en los lineales, así como en el momento de compra en el supermercado, hipermercado y en general en la mayoría de las tiendas.

AECOC, la Asociación Española de Codificación Comercial, es la organización encargada de regular la normalización del sistema de códigos de barras en España.

¿Cómo se lee el código de barras?

Los dos primeros dígitos representan al cada país, los siguientes, entre cinco y ocho, representan a la empresa propietaria del producto, y que es responsable del mismo ante el consumidor, mientras que los siguientes se asocian al artículo en concreto. El último número es un código de control que garantiza que la lectura del EAN sea correcta.

El hecho de que todos los alimentos incorporen este conjunto de códigos facilita la identificación de cada uno de ellos y optimizan las gestiones a nivel logístico. Además, permite tener un control de los productos perecederos gracias al seguimiento exacto de sus fechas de envasado, caducidad, etc. Además, al escanear cada código antes de su venta, el fabricante o distribuidor obtiene información digitalizada sobre la frecuencia de compra, rotación en el lineal y mucho más. Es como una radiografía de cada alimento detallada y centralizada.

Beneficios para el consumidor

La implementación de los códigos de barras ha agilizado enormemente los tiempo de compra. El hecho de que a través de un escáner pueda detectarse el producto que se desea comprar, reduce las colas y optimiza el tiempo de todos. Atrás quedó el tecleado manual o las cuentas con papel y boli.

Además con este sistema se reduce la posibilidad de error en los precios y se puede obtener información extendida y ampliada sobre cada producto mediante la redirección de algunos de estos códigos de barras a catálogos en línea, aplicaciones en dispositivos móviles o web, que permiten la interacción con las marcas.

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