La alimentación tiene un rol fundamental en nuestra salud y, de ahí, la importancia de que esta sea completa y equilibrada. Pero además, cuidarla es aún más significativo durante el embarazo.
El aporte nutricional necesario es diferente en el caso de las mujeres embarazadas, y por eso, es importante adaptar la alimentación a estas nuevas necesidades del organismo de la mujer y de su bebé. En este sentido, hoy os damos algunas claves a tener en cuenta a la hora de planificar la dieta:
- Comer mejor sí, comer más no: debemos incrementar la calidad, pero no la cantidad de los alimentos ingeridos. El mito de que durante el embarazo se debe comer por dos es solo eso, un mito.
- Aumentar las calorías ingeridas manteniendo unas proporciones adecuadas: teniendo en cuenta que se necesita aumentar entre un kilo o kilo y medio al mes, una mujer que parte de un peso adecuado a su talla no deberá consumir calorías extras durante el primer trimestre. Durante el segundo habrá que agregar unas 300 y durante el tercero en torno a 450, siempre manteniendo un equilibro en la ingesta de hidratos de carbono, proteínas, vitaminas y demás nutrientes.
- Olvídate de las dietas: queda descartado seguir una dieta orientada a adelgazar durante el embarazo, ya que la mayoría no aportan suficientes vitaminas, hierro o minerales y pueden tener un impacto negativo en el desarrollo del bebé. No lo olvides: un embarazo saludable siempre implica el aumento de peso.
- Lavar bien las frutas y verdura: aunque este paso no debería saltarse en ningún caso, resulta aún más grave hacerlo en el caso de una mujer embarazada. Existen microorganismos que llegan a las frutas y verduras a través de agua contaminada y que pueden transmitir la toxoplasmosis. Por eso, es tan importante limpiarlas bien antes de prepararlas, especialmente si la embarazada no ha pasado esta enfermedad parasitaria; y un buen truco para hacerlo es añadir un poco de vinagre al agua del lavado.
- Di no a los pescados y carnes crudos: en la misma línea que el punto anterior, también se debe evitar el consumo de estos alimentos crudos o poco cocinados para evitar el riesgo de intoxicaciones o infecciones. Además, hay que prescindir de ciertos tipos de pescados como el pez espada o la caballa, aunque sí se recomiendan otros como las sardinas, el salmón o el surimi.
- Evita alimentos que aporten muchas calorías y pocos nutrientes: en esta categoría podemos englobar bollería industrial, golosinas, refrescos y zumos azucarados, comida basura, alcohol, etc. Además, también hay otros cuya ingesta es recomendable limitar como, por ejemplo la cafeína o la teína.
- Ejercicio moderado y adaptado al embarazo: aunque no es un consejo nutricional, no podemos dejar de incluir este punto, ya que practicar deporte durante el embarazo tiene efectos maravillosos sobre tu salud y la de tu bebé, además de mejora tu estado de ánimo y ayudarte a dormir mejor.

¿Se te ocurre algún consejo más que no hayamos mencionado?
Si te interesa el tema, no te pierdas este post, en el que os contábamos los alimentos que no deben consumir las embarazadas.